No nos
vamos a engañar, es un
proyecto empresarial y por tanto con ánimo de lucro. Pero ¿por qué
hacemos
esto y no vendemos ropa, abrimos un resturante gourmet o un hotel para
perros? Hay varios motivos que, básicamente, se resumen en tres:
tenemos vocación de servicio, nos hace sentir bien ayudar a los demás a llegar
donde ellos, solos, no pueden y compartir lo que nosotros tenemos; y ¿qué tenemos? poseemos (y seguimos adquiriendo)
formación, conocimiento y experiencia en el mundo empresarial. Pero eso no basta; además, somos empáticos.
Nos encanta tratar con personas,
conocer sus ilusiones, ponernos en su lugar
y
aportar todo lo que esté en nuestras manos.